La bioeticidad del aborto provocado y caminos de vida para evitarlo Inspirado en el pensamiento de Elio Sgreccia

Desde una perspectiva bioética fundada en la dignidad de la persona humana, el aborto provocado representa una grave violación al derecho primario a la vida. Como sostiene el cardenal Elio Sgreccia, el ser humano posee valor desde la concepción por ser un sujeto con identidad propia, no porque le sea conferido un valor por otros. No es la utilidad, la viabilidad ni la aceptación social lo que le otorgan dignidad, sino su ser en cuanto persona.

El aborto deliberado, por tanto, no puede justificarse como un derecho, porque su ejercicio anula el derecho fundamental de otro: el del hijo por nacer. La bioética personalista no se opone al sufrimiento de la mujer, sino que propone soluciones auténticamente humanas que reconozcan tanto su dignidad como la del hijo concebido.

Frente a situaciones difíciles, no se requiere eliminar una vida, sino ofrecer redes de apoyo, acompañamiento psicológico, adopción responsable y políticas sociales que protejan la maternidad. El verdadero progreso no consiste en facilitar la supresión de los más débiles, sino en garantizar que ninguna mujer se vea forzada a elegir entre su bienestar y la vida de su hijo.

Promover una cultura de la vida, como proponía Sgreccia, implica educar en la responsabilidad, apoyar la maternidad vulnerable y generar una sociedad solidaria que acoja la vida humana en todas sus etapas, especialmente la más frágil e indefensa.

✍️ Ale Diener

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