Cuidemos a nuestros hijos: La urgencia de educar y acompañar en el mundo digital

Hoy más que nunca, los niños y adolescentes están expuestos a un entorno digital que, aunque ofrece grandes oportunidades, también se ha convertido en un espacio de riesgos y peligros silenciosos. El comunicado reciente de ChildFund México nos abre los ojos a una dura realidad: nuestros hijos pasan cada vez más tiempo frente a las pantallas, y ese tiempo no siempre es seguro ni educativo.

Es alarmante ver cómo el acceso indiscriminado a Internet ha normalizado la exposición a contenidos violentos, sexuales, e incluso peligrosos retos virales. Además, fenómenos como el ciberacoso, el reclutamiento criminal a través de videojuegos y el grooming son cada día más comunes, dejando a los menores vulnerables y, muchas veces, sin la protección adecuada.

Frente a esta situación, es urgente un cambio de conciencia. No podemos delegar la educación digital a las escuelas ni esperar que las plataformas tecnológicas cuiden por nosotros. Los padres somos los primeros responsables de educar y proteger a nuestros hijos. Y la mejor forma de educar es con el ejemplo: si queremos hijos sanos y equilibrados, debemos nosotros mismos hacer un uso responsable de la tecnología, convivir más y estar realmente presentes.

Una acción concreta y sencilla que puede transformar el ambiente familiar es comer juntos al menos cuatro veces por semana, sin celulares ni pantallas, compartiendo conversaciones, risas y momentos de conexión real. Diversos estudios demuestran que esta práctica familiar reduce significativamente la posibilidad de que los jóvenes desarrollen adicciones o caigan en vicios.

Hago un llamado a las familias a informarse, a no minimizar este problema y a ejercer un rol activo y coherente en la crianza digital. La infancia merece una vida segura, sana y libre de violencia, también en Internet. Cuidar su presente es proteger su futuro.