Envejecer con valentía: el poder de aceptar el paso del tiempo
- Ale Diener
- 27 jun
- 1 Min. de lectura
Vivimos en una sociedad obsesionada con la juventud. Las arrugas, las canas o la flacidez son vistas con recelo, como si fueran señales de derrota en lugar de símbolos de experiencia. El bótox y otros procedimientos estéticos se han vuelto respuestas comunes frente al miedo a envejecer, y aunque no está mal querer verse bien, vale la pena preguntarnos: ¿desde dónde estamos tomando estas decisiones?
Desde la salud, el uso frecuente de bótox puede traer efectos secundarios físicos como pérdida de expresión facial o reacciones adversas. Pero hay algo más profundo que debemos considerar: el impacto emocional y psicológico. Al tratar de congelar el tiempo, muchas veces también intentamos congelar el proceso natural de aceptación y reconciliación con quienes somos.
Aceptar el paso del tiempo es un acto de valentía. Nuestras arrugas cuentan historias, nuestras canas reflejan sabiduría, y nuestra piel transformada habla de amor, pérdidas, aprendizajes y sueños cumplidos. Envejecer no es una falla del cuerpo, es una victoria de la vida.
Hoy, más que nunca, necesitamos abrazar una belleza que no se paraliza, sino que evoluciona. Una belleza real, que no depende de agujas, sino de presencia, autoestima y dignidad.
Porque cuando elegimos envejecer con orgullo, también elegimos vivir en libertad.
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